“Nuestras palabras tienen el poder de influenciar; las de Dios, el poder para salvar.”

La palabra de Dios dice, “los que ESPERAN en el Señor tendrán nuevas fuerzas”. ¡Espere usted en el Señor y Dios le va a dar a usted nuevas fuerzas! ¡No se canse! Dice la palabra que “los que esperan en el Señor volarán como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”.

domingo, 12 de diciembre de 2010

No lo derribes Matalo - Ps. Cash Luna

No lo derribes Matalo - Ps. Cash Luna



Pastor Cash Luna
I Samuel 17:48-51.
Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
Tu santidad bendice a otros

Puedes tener dos formas de ver al gigante: Está muy grande para ti o está muy grande para no poderle pegar con una piedra. La gente ve las cosas de diferente forma. El rey Saúl ofreció por derrotar al gigante riquezas, una buena mujer y exoneración de los impuestos. David venció a Goliat por amor a su padre, pues sería exonerado de los impuestos. Las cosas hay que hacerlas con la fuerza interna que El nos da, y ésta crece cuando hacemos las cosas no sólo por Dios, sino por alguien más.

La Biblia dice que seamos santos como El es santo. No esperes que una fuerza sobrenatural venga y te componga, sino que tú debes hacerlo con la fuerza interior que Dios ha puesto en ti. Yo me santifico por amor a Dios, a mis ovejas, a mis hijos. Tienes que vivir de forma santa por amor, a Dios, a ti, a tu nación.
La iglesia necesita que todos sus miembros vivamos en santidad. Te vas a dar cuenta que la santidad es tan posible para nosotros, que te vas a dar prisa para ir a derrotar al gigante. Creo que para David fue uno de los placeres más grandes que pudo experimentar en su vida el derrotar a Goliat. El placer de derrotar el pecado en tu vida es más grande que el placer del pecado.

Elimina totalmente el pecado

No basta herirlo, hay que matarlo. Hay gente que está jugando a herir su pecado, en lugar de matarlo de una vez. Satanás y todas las tinieblas son enemigos tuyos, y debes entender que tú eres enemigo de ellos, hay que atacar también. Has herido tu pecado, los deseos de la carne, pero hay que acabarlos, cortarles la cabeza para que no vuelvan contra ti, tienes que ser radical. La vida en Cristo sólo se puede disfrutar de una manera: entrega total a El sin importar qué digan o piensan de ti. Sólo hay una manera de vencer el pecado: se le arranca la cabeza.

Hay que cerrar todas las puertas. Hay cosas que van a desaparecer de tu vida con tan sólo tomar una pequeña decisión. Entiendo que tú lleves la luz al mundo, pero si estás viendo que te están mal influenciando, mejor aléjate de esas personas.

Si queremos vivir una vida con Jesús, tenemos que entender que hay cosas que no nos ayudan, y eliminarlas de una vez por todas. Al gigante lo voy a herir, matar y decapitar. Empieza hacer tu lista de “estorbos”. El dio lo mejor de sí por ti, y quiere lo mejor de ti. Quita todo lo que te estorbe en tu santidad. Todo el mundo le tiene miedo a la vejez, pero es la edad más noble porque ya sabes que te está esperando, no hay porque llegar pobre o enfermo. Si llegas así, es porque fuiste demasiado tonto. Endereza tu vida ya, o eso que te está esperando te va venir con dolor. La santidad es para inteligentes.

Romanos 8:1. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Camina en el Espíritu

Este andar conforme a la carne o el espíritu es andar atrás de una o de la otra. Cuando caminas detrás del espíritu es diferente a cuando caminas detrás de la carne. Al final lo que cuenta es que termines caminando detrás del espíritu. Dios nos dará juntamente con la tentación la salida.
Versos 2-8.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
¿Cómo hago morir una obra de la carne? Es práctica. La única forma que la mala práctica no regrese, es sustituirla con algo bueno. No basta dejar de robar, sino que ahora tengo que empezar a darle al que no tiene. Porque si tu mente se cambia de esa forma, no vas a tener la tentación de quitarle al que sí tiene. La santidad es una práctica. Pecar es más difícil que vivir en santidad, que vivir pecando. Cuando logres ver que así es, vas a romper con todas esas cosas.

II Timoteo 2:19-23.Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
Debemos limpiarnos para ser un vaso que sirva en la mesa de un rey y no de un preso. Seamos instrumentos de honra. Qué tal si le dices hoy radicalmente no al pecado, qué tal si le arrancamos la cabeza a Goliat, qué tal si empezamos con cosas prácticas para quitar el pecado.

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