“Nuestras palabras tienen el poder de influenciar; las de Dios, el poder para salvar.”

La palabra de Dios dice, “los que ESPERAN en el Señor tendrán nuevas fuerzas”. ¡Espere usted en el Señor y Dios le va a dar a usted nuevas fuerzas! ¡No se canse! Dice la palabra que “los que esperan en el Señor volarán como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”.

sábado, 11 de diciembre de 2010

LOST (Perdidos)- Pastor Dante Gebel (Hechos 29 2010)

LOST (Perdidos)- Pastor Dante Gebel (Hechos 29 2010)



Dante Gebel

Lost

Hay momentos en que estamos en una especie de cuadro invisible que no nos deja avanzar. 

Dios te santifica

La santidad es lo que atrae a la juventud. Dios no busca gente santa, sino que santifica al que busca. Es un proceso de purificación. En ocasiones pensamos que nos tenemos que santificar para que podamos venir al congreso, para recibir la unción, pero la santidad es algo que Dios preparó para nosotros.
Si tienes un área o situación a la cual te has vuelto adicto, debes confesarlo antes que se vuelva público, pedir ayuda y cortar con eso. Yo tenía un círculo del cual no podía salir, no creía que tenía la unción y por lo tanto, no podía transmitirla. Así que me puse en oración, clamé a Dios, pues yo anhelaba eso, no quería ser del montón.
II Corintios 10:3
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

Usa tus armas

Las armas que tenemos tienen el poder divino para sacarnos de esa cárcel de mediocridad. Mi esposa y yo empezamos a orar para que Dios me bendijera; yo no quería ser uno más, quería que Su presencia estuviera conmigo, y Dios me dijo: “Santidad”. Dios me mostró que había mucha gente atada por el pecado, y no es el pecado como tal, sino qué tanto estás tú atado a él. No dejes de orar, aún cuando hayas pecado, ese es el peor error. A veces estamos encerrados con un hábito que no podemos dejar como la cafeína, pensamientos de sexo, la comida, las redes sociales, etc. Hay que ser radical.
Tienes la expectativa que Dios te dé la unción, pero hay que pagar el precio, estar en santidad. La mayoría de las veces queremos la unción y no pagar el precio. Tal vez tu problema no es el sexo, la pornografía, pero quizás eres preso de una falsa imagen de ti mismo.

Identifica los niveles

Para ser santos, lo primero que tenemos que hacer es reconocer que tenemos un problema.

Hay cuatro niveles que tenemos que detectar:

1. La adicción.
2. La escalada, te haces adicto y luego, necesitas imágenes más grotescas porque lo que antes te satisfacía ahora no.
3. Insensibilización, perdemos la sensibilidad que estamos pecando. Perdemos la presencia de Dios. Y eso que haces en lo secreto te costará la unción, te costará en lo público. Uno no puede vivir de la espiritualidad de otros, necesitas tu propia historia con Dios. El único atributo de Dios elevado a la tercera potencia es ser santo.
4. Actuarlo. Aquellos que empezaron con algo pequeño, y ya no les satisface, necesitan algo más grande.
Yo tuve una adicción en el pasado por muchos años, y era ser adicto a la aprobación; yo tomaba identidad que me era asignada a través de mi ministerio. Yo puedo tener el gozo del oyente, al escuchar a los siervos de Dios, y uno recibe, pero hay momentos que quieres tener el gozo del predicador. Yo me perdí mi presente por vivir mi futuro. A veces no ve lo que tiene hoy, por esperar el mañana. Es bueno ser visionario, pero cuando no está bien resuelto, puede ser una adicción.
Yo no estaba bien enfocado, tenía temor que Dios levantara otro en mi lugar, y cuando me dejaban de invitar, me afectaba. Yo me di cuenta que en lugar de tomar valor de Cristo, lo hacía de las invitaciones, hasta que mi identidad se fundó en Cristo.
Evalúa si eres adicto a algo con los siguientes puntos:
  1. Puedes pasar una semana sin eso?
  2. Eso te esta apartando de los demás?
  3. Estás negando el problema o lo mantienes en secreto?
Quieres ser santo? Debes cortar con lo que te puede costar la santidad. Define lo que te edifica y lo que no; lo que glorifica a Dios y lo que no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario